2/5/08

Liberty tomándose libertades con la libertad de prensa




El Hombre que mató a Liberty Valance
The Man Who Shot Liberty Balance
EE.UU. (1962)
Director: John Ford
Sinopsi: Un anciano senador relata a un periodista la verdadera historia del hombre que mató a Liberty Valance. La acción comienza cuando un joven abogado, Ranse Stoddard, llega a Shinbone, un pequeño pueblo del oeste, para ejercer la abogacía e imponer la justicia en aquellas tierras. Nada más llegar, es robado y golpeado brutalmente por el temido pistolero Liberty Valance.



Lo que más me gusta de la película “El Hombre que mató a Liberty Valance” es el dibujo sincero y mordaz de la democracia y la política. Como James Stewart, el ingenuo hombre del leyes necesita de su antitesis John Wayne, el rudo pistolero temido por los malvados, para triunfar en la vida política, social y sentimental, apoderándose incluso de la mujer que amaba Wayne.
Un hombre no puede hacer y deshacer, luchar por lo que cree justo al mismo tiempo que guardar una imagen. La política viene ha vulgarizar la existencia de los hombres. En vez de sacrificar para sobrevivir, se ha pasado, a pisar o “aniquilar” para seguir. Alejándose del juego de la naturaleza. El político ha dejado de luchar por una causa, por luchar para ganar votos, convencer, “vender la moto”.
Todos estos demócratas, burócratas y liberales de medio pelo, que les gusta bañarse en el rió teniendo su ropa vigilada, se les debería robar sus “pelajes” (nunca mejor dicho) para que cuando salgan del agua, todo el mundo vea que esconden realmente debajo de esa fachada falsa, neo-hipócrita, que se vean las marcas de cómo utilizando lo políticamente correcto han sedado los instintos humanos.
Liberty Balance, (Lee Marvin) el villano, el malvado que tenia el pueblo de Shinbone aterrorizado. Merecía un escarmiento, una lección, ser abatido justamente. La política de Stewart era ineficaz contra el caciquismo de Liberty, pero hacia creer al pueblo que esa era la forma de luchar contra el, por el contrario solo generaba más inestabilidad y violencia. Realmente quería Stewart acabar con Liberty o poder decir que el acabó con liberty. Y así lanzar como un cohete su carrera meteórica hacia el senado.
Había dos clases de hombres: los que hacen lo que deben y los que hacen creer que hacen lo que deben, publicitando que es lo que deberían hacer todos. Lo que plasmó John Ford en esta película, es un clásico que sigue repitiéndose hasta nuestros días.
En la carrera política no importa la causa que se denuncia sino quien la denuncia. Es la maldita carrera del oro, el “yo llegue primero”. Cada uno trabaja para su tierra no para la tierra. Volviendo a la película, Stewart se colgó la medalla de matar a Valance. Se convirtió en el símbolo del final de la tiranía, y la liberación de Shinbone pero.. ¿Quién mató realmente a Liberty Valance?
Ya no hablemos de izquierda o derecha, todo eso se ha diluido, son diferentes excusas, “tintes” para llegar al poder.
No es real y roza la estupidez que un político mida sus palabras cuando por el contrario no hace más que hablar. Son los silencios lo que se debe medir. Cuando se habla no se debe medir nada porque se supone que las palabras son la acción de tu pensamiento. Ahora no se piensa lo que se dice sino que se piensa bien lo que se va decir.El juego de la política es sucio, una carrera de cuadrigas, una lucha de poder. ¿Por qué desde la seudo-izquierda nos hagan creer que eso no es así, que son héroes de las causas justas, la verdad y la justicia cuando utilizan las mismas artimañas de la mafia, bajo el pelaje de lo transparente, desinteresado y cercano?. Luchar en lo que se cree no solo se hace con las palabras.

Cuando el redactor jefe del periódico local de Shinbone (Edmond O´Brien) se encuentra al temido Liberty Valance urgando en la plancha de la última editorial aún por publicar que acusaba directamente a Liberty en su titular, le dijo borracho pero lúcido - vaya ,vaya , Liberty Balance tomándose libertades con la libertad de prensa-.Quizás sea el momento cumbre del film donde se deja ver que siempre habrá alguién luchando para la esperanza y haciendo llegar una pequeña luz de verdad a toda aquella persona que la lea.

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