31/8/08

La crisi vitalicia del capitalisme


“La tirania totalitària no s’edifica sobre les virtuts dels totalitaris, sinó sobre les faltes dels demòcrates.”
-Albert Camus, novel·lista, dramaturg, assagista, filòsof, escriptor francoargelí considerat com un gran pensador del segle XX-

La classe política s’ha convertit, amb el pas d’auditories, investigacions policials, periodístiques, judicials i calaixades buides a les arques governamentals, com exemple de tot allò que deien combatre. Uns tapen els altres i mentrestant qualsevol ciutadà paga en un hipermercat 4 euros per 5 pomes plastificades a un suro. La pregunta del milió de dòlars seria: “A quant paguen el quilo de pomes als agricultors?
Faria colló convertir la resposta en dades i nombres; a més, això ja ho fan d’aquella manera tan subtil i intel·ligible el nostres polítics.
Crisis? N’hi ha hagut sempre. Guerres que encareixen el petroli? N’hi ha hagut sempre. Intermediaris? N’hi ha hagut des del naixement del tercer home que pensa fer-se ric amb els altres dos. Futbol, pa i circ, olimpíades i senyals de TV? El rovegam i l’aplaudim des dels inicis de tots els imperis i la perversió de l’home blanc civilitzat.
Què formós i polivalent és el concepte “Estat de dret” quan tot està tan emmerdat! Perquè gràcies a la nostra democràcia viscerada del franquisme, si no ets poderós, ric i no tens títol nobiliari dels avantpassats colonials esclavistes i feudalistes, pots instal·lar-te a la classe dirigent seguint el fulgurant camí de la política. Què gran és el “ruedo ibérico”, tan gran com la mentida dels seus ciments! Quin poder de suggestió més gran tenen els vencedors “del glorioso alzamiento”, que esborraren per tornar escriure la història, sembrant la llavor d’una figuera borda anomenada “unidad nacional”, paraules de militars, nobles i terratinents que ara fan moure els llavis de polítics “progressistes”, teletertulians de la inquisidora visual i homes de classe treballadora que paguen 500 euros per una entrada a un estadi de futbol i surten contents perquè ha guanyat el “seu” equip, però arriben emprenyats a ca seva perquè “la crisis” li encareix la borsa de la compra! Quina pena més grossa tot aquest cal i portal de principis emboirats de la carrera individualista de la nostra societat moderna a la recerca a cop de colze del “somni americà”! On és el principi d’allò que ens donà la consideració d’homes front de la moneia? Els poderosos homes que duen “el maneig” són experts en l’art d’escarnir conductes en una societat com la nostra on es valora per damunt de totes les coses ésser més viu que els altres, seguint la premissa maquiavèl·lica de “el fi justifica els mitjans”, dita inspiradora del capitalisme que ens xerra de la crisis com si fos una “pesta” duita de defora, com si els americans, escrivans de la nova història i nous esdeveniments del món capitalista, ens haguessin fet creure que la tragèdia de Xernòbil fou per culpa d’un kazajistaní que deixa oberta “la clau del gas” de la Central Nuclear de Xernòbil.


17/8/08

Los Cangaçeiros: Bandidos de honor en el sertão






Cerca de cien fotografías referidas a los protagonistas del Cangaço, las bandas al margen de la ley que actuaban en el Nordeste brasilero —entre ellas la del célebre Lampião—, con curaduría de Élise Jasmin, se expusieron en la Galerie Photo de Montpellier que dirige Roland Laboye. A la inauguración asistió la nieta de Lampião, Vera Ferreira.

En la madrugada del 28 de julio de 1938, en la Grota de Angico, Porto da Folha, en pleno Sertão, Virgolino Ferreira da Silva, conocido en todo el Nordeste brasileño como Lampião, su mujer, María Gomes Bonita, junto a nueve de sus compañeros, fueron emboscados y muertos por una partida de la policía pernambucana de Nazaré.
Les cortan la cabeza y las colocan en unos estantes junto a sus objetos personales: sombreros de cuero y de fieltro con adornos de plata, fusiles Mauser, cananas, alforjas, monturas, ropas, cuchillos, fustas y hasta las máquinas de coser de sus mujeres con las que se hacían las ropas, para escarmiento de quienes se atrevieron a desoír las leyes y la autoridad.

Algunos están desfigurados por los culatazos y las balas. Todos tienen los ojos cerrados para hacer menos penoso el horror de la muerte, aunque ese detalle no disminuye la humillación del decapitado. El rostro de María Bonita luce como si todo no fuese nada más que una pesadilla. Conserva los rasgos, la firmeza de su rostro macizo con sus 27 años de edad. De los cuatro hijos que tuvo con Lampião unicamente sobrevive Expedita, de seis años de edad.

País inmenso, de contradicciones, pesares e injusticias. Los libros de historia refieren que recién en 1880 en Brasil se abolió la esclavitud. De todas su geografía, el Nordeste, en las zonas conocidas como sertão, es acaso el que más padece, con su vegetación achaparrada, llena de espinas y piedras en las partes más altas, así como un calor abrazador en la planicie. Es una tierra de pobreza.
Ahí fue donde surgió el cangaço, pequeños grupos de hombres armados que toman su denominación por la caatinga, significado de “mata branca”, esto es, de los matorrales espinosos que cubren amplias zonas de Alagoas, Bahía, Ceará, Paraíba, Pernambuco, Río Grande do Norte y Sergipe. Esos grupos, a su vez se subdividían o establecían alianzas entre sí para cometer fechorías.

Existe coincidencia en que “robaban y asesinaban por venganza o por encargo en una época en la que eran frecuentes las disputas entre familias tradicionales debido a la posesión de las tierras y a las luchas por el control político de la región”. Su origen se remonta al siglo XVIII.
En ese medio nació en 1895, en Passagem das Pedras, Pernambuco, Virgolino Ferreira da Silva, hijo de José y de María Lopes, siendo el tercero de una familia que llegó a tener nueve hijos. Tras aprender los rudimentos de la escritura y la lectura, pasó a ganarse la vida junto a su familia transportando mercaderías a lomo de burro.
Había comenzado sus correrías en 1917 en venganza por el asesinato de su padre ordenado por la familia Nogueira y por un tal Zé Saturnino, sumándose a la banda de Sinhô Pereira.
En un reportaje, Lampião dice: “no confiando en la acción de la justicia pública, porque los asesinos contaban con la escandalosa protección de los grandes, resolví hacer justicia por mi propia mano, esto es, vengar la muerte de mi progenitor. No perdí tiempo y resueltamente me preparé para enfrentar la lucha”.

En 1922, cuando tenía 27 años de edad, formó su propio grupo que pasó a la historia como el último y el más famoso de todos los cangaçeiros. En aquel año atacó la hacienda de Baronesa de Agua Branca, continuó sus combates en Serra Grande, Sergipe, Queimadas, etc. Fue en 1929 que conoció a María Bonita, de 19 años de edad, que se había separado de su esposo. Un año después María decide compartir una vida de aventuras con Lampião.

Los cangaçeiros eran grupos armados al margen de la Ley, con sus tradiciones, rituales, fervorosamente católicos como una manera de buscar protección divina, que se ponían al servicio de caudillos políticos, otras veces luchaban contra ellos. El grupo de Lampião, que se había puesto del lado del gobierno al recibir la promesa de una anmistía, formó parte del Batalhão Patriótico de Juazeiro, que combatió a la Columna Prestes, provocándole varias muertes (*).
“No puedo decir con certeza el número de combates en que estuve —comentó—. Calculo que debo haber participado en más de doscientos. Tampoco puedo informar con seguridad el número de víctimas que se tumbaron bajo la puntería adiestrada y certera de mi rifle. Pero igualmente me acuerdo perfectamente que, además de los civiles, ya maté a tres oficiales de policía, siendo uno en Pernambuco y dos en Paraíba. Sargentos, cabos y soldados es imposible guardar en la memoria el número de los que fueran enviados para el otro mundo”.
El grupo de Lampião oscilaba entre los 15 y los 50 hombres, “todos bien armados”, tenía un sistema de inteligencia que le permitía tener conocimiento de las fuerzas policiales que le perseguían. Era feroz peleando y fue herido en cuatro oportunidades, algunas de ellas de gravedad.

Algunos han querido ver en los cangaçeiros una suerte de rebeldía rústica, casi primitiva, de lucha contra las injusticias y el poder, pero en realidad no fueron otra cosa que grupos armados con ciertos principios de honor (por ejemplo, el respeto a las mujeres, el no atacar lugares religiosos, etc.), que les otorgaron aquel áura de modernos Robin Hood. Se ha escrito que “el reparto con los pobres de bienes y dinero saqueados por los cangaceiros nunca ultrapasó los límites de la concepción tradicional de limosna”, pero sus “lealtades más grandes eran antes debidas a los coroneles, sus aliados y protectores”, tal como lo explica el sociólogo Lisias Nogueira Negrão de la Universidad de São Paulo.
Aquellos parajes de Raso da Catarina donde buscaba refugio Lampião es hoy una Reserva Ecológica y sitio de atracción turística gracias a le épica de los cangaçeiros.
Pero es a través de las fotografías que han atesorado las familias Ferreira Nunes y Abrahão, Ruy Souza e Silva y Federico Pernambucano de Mello, que se exhibieron en la Galerie Photo de Montpellier, que de alguna manera se trae al presente aquel imaginario de legendarios bandoleros que sembraron de sangre y leyenda el sertão.
(*) Luís Carlos Prestes fue un capitán del Ejército que sublevó a los campesinos contra los terratenientes y más tarde fue uno de los principales dirigentes del Partido Comunista Brasileño.

Por A. Becquer Casaballe

Paredeta Desidia-39 escalons Fira Nocturna de Sant Llorenç


12/8/08

Es xaletarro d´en Nerón


“Hablan y hablan de provincianos pero nosotros no decimos nada”
-Miguel Delibes, uns dels màxims exponents de la novela de l´estat espanyol,membre de la Real Academia Espanyola i caçador-


A dia d´avui, que es fora vila? Una zona residencial de la classe mitja, o una segona residencia dels nous rics.
Tota la coioneria i nous conceptes de l´estupidessa humana s´ha traslladat a foravila, aquell lloc on es deixava enrera la vila per endirsar-se per un caminoi on la banda sonora era el xiu-xiu de l´aigua i la musica del silenci versat per les bufades de vent gretant els arbres com si fossin intruments de corda. També es sentien ses lleus pitjades de ses gallines, els pets i estirades del motor, de mobyllets i moticultors. Segons es temps hi havia uns renous o d´altres. Ara record que per un d´aquells camins de la mal envellida foravila, hi havia un pedra ben grossa, d´aquestes que han de mester una grua per moure-la d´es lloc. Record que pujava a n´aquell petit turonet que donava aquella pedra gran hi desde enlla podia veure tot l´horitzo, per una banda hi veiea un puig, per una altra hi veis la mar i per qualsevol banda que miresis es reconeixien totes les cortarades, casetes, molins, xafreixos, es conrro i fins i tot les furgonetes i mobyletts aparcats al hombra d´una caseta o a sa vorera d´es cami.

A dia d´avui encara hi es sa pedra, no ha passat cap grua a reconar-la i es ben raro perque asfaltaren es cami. Vaig probar de pujar-hi com quan era nin i tants sols vaig veure tres pams de pared ben filats per fil de ferro, barreres de ferro, rodelades de gespa aniquilant sa terra, teles negres amagant lladrucs de canots perturbats, paelleres engenxades a ses teulades, es blau mal.laltis de ses piscines i un homo menant un tot terreny del color negre dels cotxos oficials de dictadors i presidents de govern, que s´em va turar al devora la pedra i llevant-se les ulleres de sol em va demenar quina era la meva nacionalitat que hi feia al voltant de la seva propietat. Jo vaig baixar de sa pedra i aquell neoforaviler enfonyar es cotxo a una cotxeria d´aquestes que s´obrin amb un comandament a distancìa com els que empran per encendre sa televisió. Sa portassa pitava i mentres baixava per “art de magia tecnologica” aquell homo, traguent-se s´americana penjada a la porta dels seients de darrera, em mirar per darrera vegada.
No hi som anat on taparen l´horitzó d´aquella pedra, que geograficament es similar a un illa pero que com no ocorr a les cortarades blaves de Neptú, li han tapat l´horiztó, l´han robat. Tot un desproposit com dedicar-se a traslladar l´urbe ciutadana alla on desde els incis del temps ( o eseencialmente) finalitzava s´ urbe. Un mal gust exercit en la recerca del paradis dins dimensions terrenals de la pobresa d´anima de la nostra hipotecada vida moderna. Ja ho deia en Mariano de Son Sard: “el 90% de les coses que avui tenim no serveixen per res”.

Ells tenen el pa, nosaltres tenim el foc


“Els pobres que tenen esperances
inquieten els poderosos”


- José Sobrino, teòleg salvadoreny. Jesuïta, sacerdot i un dels grans impulsors de la Teologia de l'Alliberament-

Fa un raig d’anys, a una possessió de la part forana, un missatge s’encalentia a un foc improvisat, tot esperant la sortida del sol i minvant la fredor de la rosada, quan arribà el senyor amb un pa davall el braç, estengué les mans i una llesca de pa a l’ombra de les flames, i digué al missatge:
-El foc és mitja vida!
I el missatge li respongué:
-I el pa ho és sencera.

De llavors ençà han passat molts d’anys, fins i tot hem girat de mil·lenni i de les terres que abans eren bordes ara se n’extreu petroli turístic.
Ara, això sí, els elements naturals no hi ha mil·lenni ni doblerada que els giri, perquè el foc segueix essent el foc fora permutar el seu significat, i el pa més del mateix, i encara a dia d’avui, “dies evolucionats”, n’hi ha que moren per no pegar-hi bocinada o de no saber tan sols què és tenir pa.

Per altra banda, els elements humans que sempre -entre rebombori, mamballetes i tallades de cintes institucionals- pareixen ésser els que més canvien, al cap i la fi són els més inamovibles, tant o més que els elements clàssics del foc i el pa.

El cert de tot plegat, referent a la permuta dels element humans que sempre els fan ballar entre el llenguatge i la música de les mentides i nous valors de nous temps infrahumans, és la intenció maquiavèl·lica de voler fer coneixedor que les coses canvien, quan únicament els fan donar moltes voltes per fer creure finalment que les coses canvien. I aquesta tàctica no falla, perquè o bé acabam creient que canvien o per altra banda acabam tan marejats que ja no sabem ni el que hi havia ni el que hi ha, i deim “amén” perquè no ens maregin més.

El boom turístic de la Mallorca feudal ens gira l’era, cosa que ni en contes ni rondalles s’hagués ni tan sols imaginat ni per contar el desbarat més gros. Ara que de senyors i llepes encara en patim, s’han reciclat o s’ha sabut mesclar com ho fan els fems amb la terra per perpetuar-se com a elements que fan girar la roda, que fan rodar el molí de la seva banda. Tenen el pa i ens demanen el foc. No hi ha millor dibuix de l’esdevenir del temps fent bufades suaus de justícia que el de l’herba alta de la terra oblidada, ennegrida, no feinejada. hi ha eres embolicades d’oblit, mala herba i la feble però inevitable demolició del pas del temps, com també hi podem trobar semblants senyes d’identitat als neosenyors del pa com puguin ésser consciències nials, ànimes rostides com espardenyes, cors enrajolats i valors embolicats de cendra, doblers embutxacats fins a la mortalla, que són la llavor del dimoni i el preu de les putes, que ara per ara és com mouen el món els qui tenen pa i com el patim els que miram el foc, que mai no fou nostre ni podrem guardar-lo sota el braç, com ocorre amb el pa.

Ja ho deia un veïnat meu de Son Servera, que quan arribava l’hora de sopar en aquells dies d’estiu en què les cases rebien la fresca amb les persianes obertes de pinta en ampla, donant via lliure a que tot el carrer escoltàs el que deien, “ Estic fins als collons de dur tota la vida menjant pa torrat!”